martes, 24 de julio de 2012

Por si no te vuelvo a ver

Después de muchos meses...
Domingo 22 de Julio: el vacío, la tristeza y la desilusión se apoderaban de mí, pero ¿a quién le importa?  Aunque tratara de explicarlo, no lograba que entendieran lo frustrante que era aquella situación para mí, lo único que quería era volver a abrir los ojos y descubrir que todo eso, era una pesadilla… Pero no, ¡no señores! Era mi absurda realidad, esa realidad pesada que no diferenciaba conciencia y sentimientos, aquella realidad  que enseña a puros golpes y solo unos pocos sobreviven a esos impactos.  Todos me sonreían, trataban de hacerme olvidar de ‘eso’ algo que era un tanto imposible, aunque lo único que les demostraba para que no se preocuparan más, era una sonrisa de oreja a oreja y mi desafinada voz, en pleno concierto...

Lunes 23 de Julio: ¡Desboronandome como un pandero con sus encantos! el amor se apodero de mí, se fue a la mierda todo lo que había sentido el día anterior, se suponía que estaba decidida, que no había marcha atrás, ¡que era un CHAO PESCAO’! Pero besos y abrazos con sabor a ‘te adoro tanto, me hacías mucha falta, perdóname’ y palabras dulces al oído, que lograban estremecer hasta lo  más recóndito de mi ser. Pero, no le duro mucho el reinado al individuo, porque como han de saber, soy experta en enojo, ira y soberbia. Estas, entraron a hacer de las suyas después de tanta meloseria, aquel lunes en la noche… Entré en colapso, arrebato o como quieran decirle.  Le llamé y acordamos un encuentro.

Martes 24 de Julio: ¡DÍA TRAUMANTE, CAÓTICO, DE LA QUINTA MIERDA! Una parte de mí quería botar todo por la ventana, pero otra, me decía: “¿qué putas vas a hacer sin él? Es el primero a quien en realidad has querido.”
Entonces, empecé a recapitular todo lo que le había dicho en la llamada y se suponía que si nos veíamos era para despedirme de él, darle las gracias y ya, fin del cuento de hadas, pero no. Decidí llamarle
Yo: -Omite lo de hoy, no es importante
 Él: -Tiene que ser importante, tanto que me llamaste y nunca lo haces, aparte, estos días presentas un comportamiento raro, esta noche nos vemos
Y yo, ya, morí… Sé que él me va a sacar lo que siento, tiene ese maldito poder.
 Ese día todo lo veía como una puta mierda, era más negativismo que persona, así que empecé a buscar soluciones o eso creía yo… Huir, huir de la realidad fue lo más ‘inteligente’ que se me ocurrió, apagar celular, no revisar redes sociales y dejarlo plantado. Sí, se suponía que después solo tenía que contentarlo, cosa que me era más fácil y todo quedaría olvidado. Pero no, como dice mi mamá: “Al que no le gusta la sopa se le dan DOS TAZAS.” La mayoría de la tarde, me sumergí en un trabajo que tenía que presentar al otro día y en la noche, me fui para donde una amiga, ya que una de mis compinches, ese día estaba de cumpleaños. La noche me fue más tranquila, según yo, todo estaba a mi favor, ya era tarde, así que decidí volver a casa, descansar y omitir ese día que para mí, fue casi infernal. Pero vaya sorpresa cuando llego a mi casa y el individuo me estaba esperando, creo que en ese momento tuve un pre-infarto.  Aunque me estaba muriendo por dentro, porque eso no estaba en mis MAJESTUOSOS planes.
Hablamos, hablamos y decidí tomar fortaleza 
Yo: -Tú sabes que te adoro muchísimo, pero más me quiero, amo y adoro yo, por mi salud mental y porque no quiero hacerme más daño emocional, quiero que dejemos hasta aquí, ya este sentimiento se me está saliendo de las manos,  yo solo te quiero para mí, no es una cuestión de necesidad, es de dar y recibir. Quiero que cortemos todo tipo de contacto, nada es nada, necesito sacar todo esto de mi corazón que si lo recuerdo, lo haga de buena manera, muchas gracias por todo, pero cerremos este cuento. 
Una parte de mí estaba destrozada, casi muerta, no era lo que yo quería, pero era lo que estaba bien, aunque esto me destruyera de a poquitos.

 Quedo estupefacto, creo que nunca lo había visto tanto tiempo callado, después de unos minutos...
Él: -¿Ni como amigos? ¿Ni llamadas nocturnas cinco y cuelga? De verdad, ¿se te acabo todo el cariño que me tenías? ¿Hay otra persona? Mírame a los ojos, dime otra vez todo lo que me dijiste, pero mirándome a los ojos.
No era capaz de mirarlo a los ojos, porque eso no era lo que quería y sí lo hacía, terminaría siendo un mar de lágrimas y era lo que menos me hacía falta. 
Me alzo la cara, me acarició las mejillas y me lo repitió.
Yo: -En serio, dejemos así, no me hagas esto, sabes que no soy capaz.

Y él tan ‘-dame un beso para hacerte cambiar de opinión’ y yo tan ‘-NO MÁS, POR FAVOR.’

 Después de mucha insistencia y de repetirme lo que ya me había dicho cientos de veces, decidió respetar mi decisión. Me dio un beso en la mejilla, agarro mis manos y me dijo: -Jamás olvides que yo lo único que quiero, es que seas feliz, aunque no sea conmigo y si yo soy el culpable de lastimarte, no me lo perdonaría. Te adoro, te adoro muchísimo, jamás lo olvides, adiós.”
Y yo, quede ahí, estupefacta viendo cómo se iba, como si me arrancaran un pedazo del alma, encerrarme en mi habitación, llorar, arrepentirme y detestar ese 24 de julio.

Miércoles 25 de julio: Son las 3:00am no he podido pegar los ojos, aquí estoy, acabando este blog... No tengo mente para terminar el trabajo que tengo que entregar en menos de cuatro horas(columnas de economía). Lo único que me retumban son sus palabras y su mirada fija en mí... 

“Todo está saldado y si me preguntas, yo ya hice las pases, sin arrepentimiento.”